miércoles, 20 de septiembre de 2023

La ilusión de la Hypercultura

 Cultura se ha de definir de muchas formas, de lo que no cabe duda es que es un fenómeno social muy importante en el devenir de las sociedades. Lo clásico y más general es decir que para un grupo cultural hay una comunidad de tiempo y lugar, y un lenguaje de comunicación común, sin obviar los cambios que vienen por su desarrollo histórico y su interacción con otras culturas. Se presupone que hay algo inherente que lo caracteriza y diferencia de otros grupos culturales. en su acepción antropologica la cultura está basada en sus condiciones materiales dadas, como la geografía, el clima, la abundancia o escacez alimentaria y puede adaptarse a las mismas.

En contraposición a esa definición esencialista de la cultura ha aparecido en los últimos 35 años el término Hypercultura que pretende definir la cultura en tiempos de la globalización como algo híbrido que toma sus ingredientes de todos lados, que está desconectada de un espacio geográfico, como algo que cada individuo puede acomodar a su gusto usando los más heterogeneos elementos culturales como mosaico para armar su propio rompecabezas hypercultural.

En realidad se trata del intento de crear una confusión alrededor del termino cultura y questionarlo con un fin mercantilista específico. La hypercultura es hija del capitalismo racional de las grandes corporaciones internacionales

La Hypercultura es una construcción del sistema capitalista más retrógrado que desde la caida del bloque socialista propaga el fin de la historia humana y el triunfo de las democracias liberales como modelo del paraiso terrenal por los siglos de los siglos, con la integración y asimilación de las culturas no occidentales. Un modelo tomado de la filosofía de la historia de Hegel que hace poco más de 200 años postulaba el fin de la historia humana logrando su fin ulterior con la entrada de Napoleón a Jena, que encarnaba el triunfo de la razón y de lo bueno, de los principios de la Revolución Francesa.

Al mismo tiempo se trata de desacreditar al esencialismo en la cultura como fundamentalista, discriminante e intolerante.
Según Marx "las ideas dominantes de una época son siempre las ideas de la clase dominante" y en la época de la globalización se pretende que la "cultura dominante en todo el mundo" sea la cultura del sistema dominante y supuestamente triunfante, la cultura de la llamada democracia liberal y de la economía de mercado de occidente.

En la historia no ha habido una clase dominante como la clase del capitalismo globalizado que haya propagado tan intensamente, como una religión, su visión del mundo, su estilo de vida, sus valores y su moral como los únicos “razonables, y per se universalmente válidos”. Pretende tener un monopolio de la verdad y la razón usando el poder económico, financiero, mediático, institucional y militar. En este cuadro encaja muy bien la creación de una Hypercultura adaptable a sus necesidades en este sentido

No hay comentarios.: