viernes, 29 de enero de 2010

Qué me importa el Jus Sanguinis o el Jus Soli

"Qué me importa a mí el Jus Saguinis o el Jus Solis a la hora de llevar mi ayuda a los desamparados en Haití", esa ha sido la esencia de lo que pensaban los dominicanos que espontaneamente, desinteresadamente y, ante todo, muy sinceramente se hicieron solidarios con la causa de los que sufren en el vecino país.
Sí, se han callado los constantes cacareos de algunos políticos diputados de la derecha, que durante los últimos anos no habían cesado en buscar cualquier pero para arremeter contra los inmigrantes haitianos que supuestamente eran despreciados por la mayoría del pueblo dominicano.
Pues, el pueblo les ha demostrado lo contrario en estos días de la verdad, y se han callado. Sencillamente se han callado en estos momentos tan decisivos en la historia de las dos naciones.
Y ha sido por todo el mundo que los dominicanos se han mostrado solidarios, en la Americas, en Europa y en todas las partes que viven criollos. Y el gobierno dominicano ha hecho muy bien en tomar la iniciativa cuando se trata de conseguir la mejor y más rápida ayuda para el vecino. Y, aunque sabemos que es un afán sincero de ayudar y de resolver los problemas de Haití por cuestiones humanitarias, esta actitud nos conviene como nación, y le conviene políticamente al gobierno con el Presidente Fernández a la cabeza.
El Presidente Fernández ha demostrado una vez más un fino instinto político reaccionando espontaneamente a ofrecer y dar la ayuda más rápida de todas, el apoyo moral sincero y la certeza de que seguiremos ayudando. Y utilizando nuestros escasos recursos ha creado una dinámica mundial de ayuda, tanto de parte del público, como de parte de los gobiernos.
La segunda conferencia de paises donantes en Santo Domingo va a poner los puntos sobre las íes y entonces habrá llegado el momento de concretizar. Aunque la ayuda dominicana no aparezca en las primeras planas de los diarios internacionales y no se mencione mucho en los medios del extranjero, sí hay un público interesado que se da cuenta y que la valora.
Y ese programa de ayuda que ha propuesto el gobierno dominicano, de más de diez mil millones de dólares, es al mismo tiempo un programa de coyuntura para revivir nuestra economía.
Es por eso que después de haber contado los muertos y haberles rendido el homenaje que merecen, y haber sanado los heridos, y haber construido casas para los desamparados, y haber resuelto el problema de la seguridad y otras cosas importantes, debemos mirar este suceso trágico como un chance para relanzar las economías de los dos estados y las relaciones bilaterales.