domingo, 20 de julio de 2008

Hacia un nuevo Patriotismo

El simbolismo, los monumentos, los actos públicos solemnes y muchas otras actividades de la vida política cotidiana están basadas en fundamentos que datan más de 160 años y que están ligados a principios que sirvieron para hacer realidad, por primera vez, el deseo de autodeterminación de nuestra nación.
Sin embargo, estos mismos principios no eran reconocidos en la época contemporanea a los fundadores de la patria, siendo los mismos perseguidos, exiliados y hasta ejecutados.
En el medio de la lucha política de aquellos días el poder político reinante llegó hasta el extremo de comprometerlos voluntariamente entregando nuestra soberanía a un poder extranjero.
La lucha por la restauración es la verdadera lucha patria y los que se levantaron en armas, junto a Santiago Rodríguez, Benito Monción, Pimentel, Gaspar Polanco, Luperón y Pepillo Salcedo, lo hicieron elevando los principios de febrero del 1844 y después de la victoria restauradora no le cabía a nadie duda que la patria debía ser soberana y libre.
Ambas luchas llevaban en sí el virus de las rencillas y disputas entre los actores principales, habiendose aliado algunos de ellos sólo coyunturalmente a la causa que luego traicionaron.
Tal es el caso de Pedro Santana más conocido como Marqués de las Carreras, titulo que le concediera la reina de España por sus servicios, que por sus contribuciones a la causa independentistas en el 1844.
A pesar de que la lucha restauradora fué una lucha en la que participaron activamente los campesinos de la región del Cibao, de la lucha restauradora quedaron las rencillas entre sus líderes Pepillo Salcedo, Benito Monción, Pimentel y otros. Estas rencillas entre las personalidades y familias dominantes perdurarían hasta la llegada al poder de Trujillo en 1930.
La lucha constitucionalista del 1963-65 tenía otro carácter porque era la primera lucha patria que pretendía la liberación de un yugo interno, a diferencia de las otras. Además, los resultados de esta lucha, a pesar de no ser inmediatos, han perdurado por más de 40 años y nos han garantizado un sistema más o menos estable de libertades democráticas y alternatibilidad en el poder que sirve de ejemplo en Las Américas.
La victoria del pensamiento constitucionalista y sus mártires se consolidó definitivamente cuando los liberadores obligaron a Balaguer, último eslabón del sistema trujillista, a salir del poder en el 1996.
Es una nueva patria la del año 2000, es una patria moderna fundada en los principios que elevaron los mártires constitucionalistas cuya lucha y logros son reconocidos y están todavía presentes en la memoria de la sociedad. Los líderes y héroes de la lucha por la patria moderna, al igual que los líderes y héroes del 1844 y 1863-65, también fueron perseguidos, exiliados y hasta ejecutados.
Pero ahora tenemos la oportunidad histórica de reconocerlos oficialmente, de reconocerlos formalmente, como lo que son: Padres de la Patria Moderna.
Juan Bosch que representaba la intelectualidad y lo justo de esta lucha reconoció su significado y transcendencia histórica que iba más allá de alcanzar el poder ejecutivo y que consistía en una tarea de liberación nacional del yugo interno que conllevaría a resultados sostenibles establecidos en un sistema de alternatibilidad civil.
Su consciencia histórica le sirvió para entender que la meta de los luchadores constitucionalistas no se podía lograr usando al antiguo PRD como fuerza política que la impulsara, porque allí estaban los aliados coyunturales de la causa que sólo la defendían mientras les convenía, al igual que en el 1844 y el 1863-65, y que la hubieran hecho fracasar en el momento en que sus verdaderos intereses chocaran con el camino de la liberación.
El paso lógico, y en aquellos momentos descabellado, lo dió abandonando el antiguo partido y fundando en el 1973 el Partido de la Liberación Dominicana, cuyo nombre no es circunstancial, que completaría el proceso constitucionalista con el acto simbólico de la toma del poder en el 1996.
Es indisputable que Manolo Tavárez Justo es un héroe y mártir de la lucha antitrujillista y constitucionalista y que la organización que lidereaba fué la chispa que encendió la lucha armada que estaba prevista como la única opción verdarera y su fervor por la patria lo expresó en el 1962 con las siguientes palabras: “..el 14 de Junio sabe muy bien donde están las escarpadas montañas de Quisqueya…. y a ellas iremos…. y en ellas mantendremos encendida la antorcha de la libertad, de la justicia, el espíritu de la Revolución, porque no nos quedará, entonces, otra alternativa que la de ! Libertad o Muerte!!.
Francisco Alberto Caamaño Deñó, militar revelado, presidente del gobierno constitucionalista de abril del 65, al cual Juan Bosch delegó sus derechos constitucionales ante la imposibilidad de regresar al país, es el líder indiscutible de la guerra patria de abril del 1965.
Su pensamiento político está resumido en el siguiente pasaje de su discurso cuando renunció a la Presidencia el 3 de septiembre del 1965, para dar paso al gobierno provisional, y que estarían llenos de una verdad histórica irrebatible hasta la fecha:
“..Porque me dio el pueblo el poder, al pueblo vengo a devolver lo que le pertenece. No pudimos vencer, pero tampoco pudimos ser vencidos. Nunca tal vez en la vida de los dominicanos se había luchado con tanta tenacidad contra un enemigo tan superior en número y en armas. Luchamos, sí, con bravura de leyenda, porque íbamos desbrozando con la razón el camino de la Historia. Ante el pueblo dominicano, ante sus dignos representantes que aquí encarnan el Honorable Congreso Nacional, renuncio como Presidente Constitucional de la República.
Dios quiera y el pueblo pueda lograrlo, que esta sea la última vez en nuestra historia que un Gobierno legítimo tenga que abandonar el poder bajo la presión de fuerzas nacionales o extranjeras.

Y tengo fé en que así será..”

Ahora que se prevé una reforma constitucional y que los temas más discutidos tienen que ver con la política cotidiana y son relativos a las elecciones, se propone agregar un preámbulo a la reformada Constitución Dominicana donde se nombren:
Los Padres fundadores de la patria: Duarte, Sánchez y Mella.
Los Padres de la patria restaurada. Luperón, Salcedo, Monción y Pimentel
Y los Padres de la patria moderna: Juan Emilio Bosch Gaviño, Manuel Aurelio Tavárez Justo y Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Publicado por John Castro De La Cruz