viernes, 10 de agosto de 2007

Paralelos entre información y chatarra

Esta semana me enteré de unas noticias curiosas que me hicieron pensar en los paralelos que hay entre las sociedades de diferentes países; aunque en algunos estados, que son reconocidos como estados de derecho, las relaciones entre los diferentes sectores de la sociedad y el estado mismo estén bien reglamentados por leyes que generalmente se cumplen.


Si Ud. lee las noticias de esta semana que dicen que un grupo de parlamentarios hizo una demanda judicial para que el ministerio de interior hiciera públicos unos contratos sobre la adquisición de bienes por parte del estado y para que el ministerio de transporte presentara documentos relativos a proyectos de envergadura nacional, sabiendo que antes de la demanda judicial estos diputados han tratado desde el 2006 de conseguir la información usando una solicitud formal como mecanismo que propone la ley de información pública, Ud cree que estamos hablando de República Dominicana.

Si Ud. lee las noticias de esta semana que dicen que hay gente que está recolectando metales, bronze y cobre, y que esos metales son robados de los sitios más peculiares. Que son robados, por ejemplo, de las inscripciones de las lápidas sepulcrales en los cementerios; que robar chatarra es un negocio que vale la pena para los ladrones. Pensaríamos que estamos hablando de República Dominicana. Pero no.

En Alemania también existe una ley para reglamentar, o diría mejor garantizar, el libre acceso a la información pública. En Alemania los responsables de pasar la información pública también buscan todos los pretextos para evitar que el texto de la ley se cumpla. El argumento que más se usa es el de que hay secretos que son importantes para la seguridad de los proyectos.

Sí, aquí también hay que luchar para obtener un derecho que una ley nueva nos concede y que todavía no ha llegado a todas las cabezas que se resisten a reconocerlo.

Pero lo importante es que esa ley exista y que ya no se pueda rechazar una solicitud sin argumentarlo, que ya no se reglamenten las cosas con un simple No de los ejecutivos encargados. Tarde o temprano ese derecho a información será tan nuestro como el pan nuestro de cada día.

Sí, en Alemania también hay ladrones de metales viejos o diría mejor cuatreros de chatarra y esos ladrones al igual que los nuestros no paran ante lo más sagrado para lograr recolectar toda la chatarra que puedan, en bronce y cobre, que hoy en día es muy bien pagada en todas partes del mundo.

Por eso cuando leamos una noticia de este tipo que no resalten los prejuicios que inculpan al subdesarrollo, porque en todas partes es con agua caliente que se cocina.

Bueno, aquí o allá, a veces, con un poco más de sazón.