miércoles, 30 de julio de 2008

Pequeñeces y cosas importantes

Ya era tiempo de que el gobierno reaccionara ante la situación imperante desde hace años, que por razones desconocidas le ha propiciado una prensa hostil.
Según la impresión que uno se lleva de la interpretación que da la prensa dominicana a nuestra situación se pudiera creer que estamos en africa o que nuestro país está en constante crisis económica, social y política.
Lo contrario es la verdad. Nuestro país ha gozado los últimos 4 años de un crecimiento económico envidiable y los principales indicadores económicos reconocidos internacionalmente mejoraron infinitamente después de la toma de posesión de la presente administración pública.
La estabilidad social es también ejemplar y los acuerdos que el gobierno ha logrado firmar con los distintos gremios han garantizado también un clima de paz.
El mecanismo de subsidios que ha usado el gobierno ha sido un pilar de esta política apaciguadora. La luz, el gas, algunos alimentos básicos y otros renglones importantes de la vida cotidiana son apoyados con dinero constante para mantener el status quo.
La estabilidad política quedó demostrada por la forma cómo se realizaron las elecciones presidenciales y la confianza que el electorado depositó en la presente administración.
Visto desde el extranjero se amplifica el efecto de hostilidad periodística que tiene que enfrentar el gobierno cada día. Y existe la duda de si esta práctica es meramente coincidencial.
Han aparecido miles de comentaristas, expertos y consejeros que siempre saben una receta a los mal entendidos problemas. Siendo muchos de ellos antiguos funcionarios del fallido pasado gobierno que se esconden detrás de la cortina de humo de la prensa para expresar lo justo de sus Pseudo-soluciones que hasta el 2004 llevaron la nación casi al colapso.
La prensa tiene que entender que la lucha política en estos tiempos la decide el pueblo elector y que el 16 de mayo este decidió quién es el dueño del poder de tomar decisiones en el próximo cuatrienio y que este gobierno quedó legitimado con el apabullante apoyo que recibió en las elecciones.
La legitimidad de esa prensa criticona se basa precisamente en la determinación de nuestro sistema de gobierno de permitir la pluralidad de opinión y la libertad de expresión. Pero los escritores, periodistas y comentaristas sólo justifican su existencia y su imagen si no defienden un juicio partidario, y bajo la premisa de que el cuarto poder nunca puede usurpar las atribuciones de los poderes formales del estado.
Sí, el gobierno debió reaccionar más rápido con una estrategia aclaratoria, que ponga en buena luz los logros indiscutidos de la gestión, con una estrategia coordinada para hacer frente a una prensa que en su totalidad también parece coordinada en una oposición de principio.
Es una lucha por la opinión pública y tanto la prensa libre nuestra como nuestro gobierno deben valerse de métodos legítimos.
En este sentido los gobernantes han tomado una decisión de no confrontación cuando llamaron a la elaboración de un plan comunicacional en base al programa de gobierno que presentaran a la ciudadanía durante el pasado torneo electoral.
En otros paises, sin ninguna duda de no ser democráticos, hay ejemplos de reacciones más contundentes para enfrentar una prensa que se presenta como un instrumento político de la oposición.
Al final del día lo que cuenta para el pueblo es la buena gobernancia y la estabilidad política y social, sin importar de qué colores siniestros pinten las pequeñeces de la vida.

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