En el Estado Brazileño de Rio de Janeiro tienen un problema con un agente patógeno que es bien conocido por nosotros y han cometido serios errores manejando la visita del intruso. Es por eso que una situación manejable se ha convertido en una catástrofe sanitaria que ha puesto a la luz la miseria del sistema de salud pública en este país que es el gigante económico de latinoamérica. Miles de casos se suman diariamente a las trágicas estadísticas de infectados y la crisis es tan aguda que las fuerzas armadas han tenido que poner a funcionar hospitales provisorios para ayudar a atender las masas de afectados.
Sin ser cínico estoy orgulloso de cómo se manejó la crisis que tuvimos hace unos meses y me acuerdo que a veces parecían bien cómicas las medidas que aplicó la Secretaría de Salud Pública y las brigadas de estudiantes que compulsoriamente se dedicaron a luchar contra el mosquito matándolo en sus criaderos. Al final del día sí sabían lo que estaban haciendo y le evitaron al país una catástrofe parecida.
Me acuerdo del primer día de la Jornada Patriótica Nacional Contra el Dengue cuando la población capitaleña y de distintas provincias del país fueron visitadas por técnicos de la Secretaría de Salud Pública, brigadas de los ayuntamientos y voluntarios de las diferentes instituciones públicas para lograr sensibilizar a la población sobre el problema de los criaderos del mosquito transmisor.
Me acuerdo que el Secretario de Salud pública andaba personalmente supervisando la campaña y las acciones de fumigación que se llevaron hacia a los centros escolares, se reunió con los síndicos para coordinar las acciones de control y los mismos se comprometieron a eliminar las chatarras y todo tipo de recipientes que servían de cuna a las larvas y servían para la propagación del mosquito. Que los técnicos de salud y los trabajadores comunitarios se desplazaban por los barrios más poblados de la capital a llevar acciones de prevención y control de la enfermedad. Con resultados positivos.
Pero estas acciones no son coincidencia de la vida, no. Detrás de ellas estaban funcionarios, técnicos, políticos y un gobierno que sí sabían lo que estaban haciendo y le dieron al problema del mosquito Aedes Aegypti , el transmisor de la enfermedad, la importancia y la prioridad que tenía y reaccionaron con medidas sencillas y baratas que sólo son efectivas si se toman a tiempo. En esto fallaron las autoridades sanitarias de un país como Brazil que tiene más recursos que el nuestro.
El problema del Dengue endémico no está resuelto en nuestro país, pero sí se ha demostrado que en estos momentos tenemos autoridades sanitarias vigilantes que saben manejar el problema y no permitirán que se agudice porque este zancudo transmisor es irreversible.
Publicado por John Castro De La Cruz
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